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Ese día especial, el día de nuestro matrimonio. Para todos aquellos que ya hemos contraído nupcias, esa fecha marcó un cambio en nuestras vidas. Conservamos de ese momento gran cantidad de memorias, y al remontarnos en el tiempo, hasta podemos sentir nuevamente las “mariposas en el estómago” antes de desfilar con la marcha nupcial. Ese día todos los casados prometimos ante el clérigo serle fiel a esa persona única y especial; y de este mismo modo, lo prometerán las parejas que se acercan a festejar ese gran día.


La fidelidad brota del amor a lo que es realmente valioso y significativo, ya sea hacia una amistad, la pareja o a los principios en los que creemos profundamente. Al decidir serle fiel a una persona o a un ideal, en resumen, lo que estamos haciendo es valorar la riqueza de aquella persona, o apreciar con vehemencia aquello que defendemos porque pensamos que en ello hay verdad.

El catedrático emérito de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Real Academia Española de Ciencias Morales y Políticas, Alfonso López Quintás, en una entrevista a un medio de comunicación menciona que: “las palabras fiable, fe, confiar en alguien, confiarse a alguien... están emparentadas entre sí, por derivarse de una misma raíz latina: fid. El que descubre el elevado valor del amor conyugal, visto en toda su riqueza, cobra confianza en él, adivina que puede apostar fuerte por él, poner la vida a esa carta y prometer a otra persona crear una vida de hogar.”



Ahora bien, si este valor es trascendental en las relaciones de amistad, pensemos cuánto más en las sentimentales; en otras palabras, aquella relación en la que hemos puesto todo nuestro corazón y a la que especialmente hemos prometido ser fieles. Si bien, en la actualidad se han ido diluyendo ciertos valores que antes eran norma, como el peso de dar la palabra, la fidelidad aún es posible al mismo tiempo que es imprescindible sobre todo si deseamos una relación honesta que tenga 'éxito a través de los años. La fidelidad es un elemento importante que nos ayuda a cultivar una relación sincera y honesta, mas para ello, es necesario sensibilizarnos en su importancia al tiempo que aprendamos estrategias para escapar de situaciones peligrosas.



Este valor se practica entre dos personas libres, que se aman, se respetan y desean construir un futuro estable; por lo tanto, ser fiel es la decisión de honrar la relación de pareja y el compromiso de exclusividad que asumimos al unir nuestra vida a la de esa persona amada, nuestro conyugue. Por lo que, el ejercicio de la fidelidad se debe practicar desde las emociones y los pensamientos, ya que es allí donde nacen las acciones; en el deseo del corazón.



Por lo tanto, la fidelidad hay cultivarla día a día. Invertir en la relación no es como una vacuna que nos libra de padecer de una enfermedad de por vida, es más como una vitamina que debemos tomar día a día, para fortalecernos y cuidarnos.



Recomendaciones prudentes



Es un mito pensar que por amar a nuestro cónyuge no seremos atraídos por alguien del sexo opuesto en alguna ocasión. De ahí que, al atravesar un momento de peligro como ese debemos realizar una mayor invertición en la relación matrimonial, esto es, tomar la “pastilla” diaria que nos levante las defensas contra la infidelidad. En este momento de vulnerabilidad deben surgir todos los razonamientos necesarios que nos motiven a pensar en esa persona amada, en sus cualidades y en las cosas que, tal vez por el correr diario, hemos dejado de abonar a la relación.



Un detalle importante a considerar cuando se sienta atraído por otra persona que no es su conyugue es preguntarse: ¿Por qué es fácil ilusionarse con una persona extraña que se presenta interesada en nosotros, amable, atractiva y sensual? Porque, la novedad excita y oculta las imperfecciones.



Los sentimientos hacia una persona del sexo opuesto se pueden desarrollar cuando se está en una situación de contacto frecuente. En estas situaciones existe la oportunidad de que se desarrollen la atracción, afecto y pasión. Esto puede ocurrir entre compañeros de trabajo, amigos íntimos, o vecinos que invierten más tiempo en esa relación de amistad que en su matrimonio. Inicialmente ésta relación puede parecer muy natural, casi irresistible y hasta justificada con disculpas como: “sólo somos amigos”, o “en casa no me entienden y esta persona si me escucha y comprende”, entre otras.



Por lo tanto, es importante conocer nuestra vulnerabilidad. Algunos especialistas sugieren la existencia de factores que estimulan la atracción y la química corporal como: la apariencia física, el hecho de que una persona sea muy sociable, intelectual o atenta, una fragancia atrayente en alguien disponible o el consuelo en momentos de dolor. Es importante aclarar que las circunstancias pueden ser casuales, pero si no se cultiva la relación matrimonial en pequeños detalles como: arreglarnos para nuestra esposa o nuestro esposo, oliendo rico para él o ella, ya que si dejamos espacios descuidados que son importantes para nuestra pareja, es posible que una tercera persona se introduzca en esas grietas que hemos dejado crecer en la relación marital.



Si está experimentando atracción por alguien más que su cónyuge, deténgase mientras aún hay tiempo, ya que al quebrantar el pacto de fidelidad, se quiebra la confianza que es como un frágil cristal difícil de reparar. El precio de hacerle daño a la persona amada debe considerarse muy seriamente. Algunas cicatrices podrían ser que nuestra pareja pierda la confianza y el respeto, así como amigos y familiares que se enteren de la situación e igualmente se vean afectaos. Adicionalmente, para cubrir la infidelidad se desarrollan otras conductas nocivas tales como la mentira, la irresponsabilidad y el abuso. Por otro lado, es frecuente que las finanzas familiares se vean afectadas y se experimentan sentimientos de culpa y soledad. En resumen, se pone en riesgo el proyecto de vida que se ha venido construyendo con esfuerzo individual y familiar a través de los años.



Sin importar el motivo que utilicemos para justificar la infidelidad, las consecuencias siguen siendo las mismas: la persona infiel tiene que mentir, ocultarse, se llena de culpa, y de un momento a otro compromete su vida, la de los suyos, su honor y credibilidad, con consecuencias lamentables. Constantemente, debemos preguntarnos si vale la pena arriesgar lo que nos ha costado construir, por tanto tiempo: la familia que amo, la admiración de mis hijos e hijas, el respeto de los míos, la confianza que genera ser una persona de palabra, la salud, y tranquilidad emocional. Este ejercicio nos permite valorar lo verdaderamente importante en la vida y reconocer la futilidad de una relación extramarital cuando hay tanto en juego.



Por consiguiente, ante cualquier otra ocupación cultive la cercanía con su conyugue, procure el contacto físico y la comunicación. Estos son elementos que nos ayudan a mantener la relación fuerte y saludable. De este mismo modo, en momentos de vulnerabilidad refúgiese en su pareja o en una persona cercana, confiable y prudente que le escuche, le ayude a ver las cosas claras y le brinde consejos para procurar la fortaleza de su matrimonio.



Algunas precauciones y recomendaciones para proteger su relación matrimonial son las siguientes:



· Reconozca la propia vulnerabilidad: si se encuentra amenazado por la atracción hacia otra persona. Por ejemplo, queremos ver a alguien que nos agrada mucho, recibir y hacer llamadas muy frecuentes, sentir que nos hace falta ver y hablar con esa persona.

· Procure buenos amigos: preste atención a las advertencias de sus amigos, o de su propio cónyuge, que percibe el peligro. No desestime estas advertencias y tome medidas inmediatas, de ahí la importancia de tener amigos que protejan su matrimonio. Atienda sus consejos y recomendaciones.

· Busque cultivar la relación marital: Mantengan proyectos juntos y cuiden la privacidad del hogar, diviértanse juntos. Cultive una buena, franca y profunda comunicación con su cónyuge. Resuelva conflictos, desilusiones y no acumule resentimiento. No disminuya la atención y cuidado de los detalles y demás ayudas emocionales y afectivas que refuerzan la vida íntima conyugal.

· Piense en las consecuencias: Debe ser consciente de que sus sueños y planes pueden obstaculizarse y verse truncados por una aventura.







Beneficios de la fidelidad



Decidir ser fieles nos da templanza de carácter y nos ayuda a autoconocernos, tanto en nuestra debilidades como en nuestras fortalezas, ya que cuando prometimos mantenernos firmes y leales a nuestro cónyuge, amarle bajo circunstancias favorables y adversas, realizamos un pacto que implica de nosotros un espíritu decidido, capacidad de asumir las riendas de la propia vida y estar dispuestos a regirla no por sentimientos cambiantes sino por una decisión basada en amor.


Ser fieles nos puede ayudar a distinguir entre “aguantar” y disfrutar, ya que si procuramos no dañar a nuestra esposa o esposo, estamos tomando una decisión de amor que va más allá de los cambios de la vida y las dificultades.


De igual manera cabe mencionar que la paz que nos da el sabernos dignos de confianza no tiene precio. El “vivir tranquilos” sabiéndonos personas honradas y transparentes, no se puede comprar en la tienda de la esquina. Vivir bajo un estilo de vida con principios y valores cristianos, nos da armonía de espíritu. Al tener paz en el corazón reflejamos confianza, evitamos las enfermedades que conlleva el estrés adicional causado por: tener que seguirle la cuenta a las mentiras para no contradecirnos y ser atrapados, el escondernos y el vernos a nosotros mismos como malos ejemplos para nuestros hijos e hijas.

En resumen, la fidelidad nos otorga identidad, paz, armonía con Dios, con nosotros mismo, y con los demás. Ser fieles nos brinda energía, nos ayuda a cultivar la relación de amor que decidimos construir el resto de nuestros días, además nos aporta dignidad y honorabilidad.

Tengamos presente el ejemplo de Noemí, mujer extranjera que decidió apoyar a su suegra en momentos de dificultad en los que era más sencillo abandonarla: “No insistas en que te deje y me vuelva. A dónde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios; donde tú mueras, allí moriré y allí me enterrarán. Sólo la muerte podrá separarnos, y, si no, que el Señor me castigue”. Este ejemplo de lealtad es digno de imitar; por lo tanto, procuremos vivir de forma plena nuestro matrimonio, y procuremos ante todo ser fieles para dignificar cada día el pacto de amor que ese día especial, el día de nuestro matrimonio, nos unió.
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La angustia de Nehemías por la desgracia de Jerusalén—Su oración
Nehemías era el copero del rey de Persia. Cuando Dios tiene una obra que realizar, nunca le faltarán
instrumentos para hacerla. Nehemías vivía cómodamente y con honra, pero no olvida que es israelita y que
sus hermanos están angustiados. Estaba dispuesto a utilizar sus buenos oficios para ayudarles en todo lo
que pudiera; y para saber cómo hacerlo mejor, hace indagaciones al respecto. Nosotros tenemos que
explorar especialmente lo que se refiere al estado de la iglesia y la religión. —Cada Jerusalén de este lado
de la celestial tendrá algún defecto que requerirá la ayuda y los servicios de sus amigos. —La primera
apelación de Nehemías fue a Dios para tener la plena confianza en su petición al rey. Nuestras mejores
argumentaciones en oración se toman de la promesa de Dios, la palabra por la cual nos da esperanzas. Hay
que usar otros medios, pero la oración eficaz del justo puede mucho. La comunión con Dios nos preparará
mejor para tratar con los hombres. Cuando hayamos encomendado nuestras preocupaciones a Dios, la
mente queda libre; siente satisfacción y compostura y se desvanecen las dificultades. Sabemos que si el
asunto fuera lesivo, Él podría impedirlo fácilmente, y si es bueno para nosotros, Él puede hacerlo progresar
fácilmente.
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Amor y respeto


Este será un breve comentario sobre el famoso y espectacular libro de Dr. Emerson Eggerichs llamado Amor y Respeto Love and Respect.

Si bien es cierto tanto el hombre como la mujer somos creados por un mismo Dios pero formados para actuar y pensar de una manera muy distinta; si me acompañan leyendo este libro notaran algunos conceptos que tal vez nos habían pasado por la mente pero realmente son una realidad. Unos cuantos consejos que siempre nos dan a los recién casados es acerca de la comunicación.

Para nosotras las mujeres lo esencial es tener y sentir amor de nuestro esposo pero algo que dice la Palabra de Dios y que lo dejábamos pasar es la necesidad que tiene nuestro esposo de sentir respeto de nuestra parte. Leamos lo que dice la Biblia en Efesios 5:33

Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a si mismo; y la mujer respete a su marido.

Que tal si esta semana practicamos un ejercicio nuevo las mujeres le dirán a su pareja cuanto lo respetan y los hombres mostraran amor por sus esposas. Parece no creíble pero lo he practicado y ha dado buenos resultados. Y por tener estas necesidades diferentes será que no necesitan de lo que la para la otra es lo principal. Creo que todos somos un balance deseamos sentirnos amados pero a la vez respetados. Conforme te vayas abriendo al hecho de que estos conceptos son mas fuertes para un genero notaras que si ciertas cosas que podamos hacer por nuestra pareja pueden mejorar nuestra relación.

Que es el ciclo alienante? Básicamente explica como la mujer y el hombre reacciona. Por ejemplo: Si la mujer no recibe/siente amor de parte de el, ella reaccionara sin respecto; sin respeto de parte de ella, el reaccionara sin amor. Y aunque parece un círculo o una cadena de acontecimientos así realmente eso como pasan la mayoría de conflictos.

Tenemos que empezar a pensar continuamente que mi pareja no piensa exactamente como yo lo hago ni pretender que va a reaccionar a muchas cosas como yo lo hago, básicamente porque el es hombre y yo soy mujer nunca seremos iguales. Usted me dirá esto esta mal pues no, solo es diferente.

Al pensar en una cena con mi esposo primordialmente pienso en candelas y demás. Una vez que estoy cocinando el empieza hablarme y hablarme pero yo estoy ocupada no puedo darle la atención al cien porciento como el la desea. Una vez que he terminado con la luz de las velas el solo desea comer. Y yo me pregunto que paso con la conversación? Porque yo necesitaba el momento para sentirme cómoda pero para el ese momento fue otros. Somos diferentes.

Este libro menciona como los hombres ven las cosas azules pero las mujeres las vemos rosadas. Así como la cena pudo ser un desastre por yo no sentirme amada después de cocinar, el pudo sentirse irrespetado por no haberle prestado atención cuando el hablaba.

Cabe mencionar que esto es solo una pincelada de lo que empezaremos a aprender juntos. Reflexione esta semana en estas cosas, preste detalle en los momentos importantes para su pareja y en ellos cual es la necesidad que necesita ser llena.
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Las estadísticas indican que solo el 12% de los propósitos para el nuevo año se inician y que de ellos solo el 5% se cumplimentan.


Los más comunes: ahorrar, cambiar de trabajo, adelgazar, conseguir pareja, aprender un idioma y un clásico: dejar de fumar.-

El día 2 de enero pasado fuí, como todos los viernes, a la piscina y encontré el gimnasio a tope, gente corriendo en las cintas como si de ganar las olimpíadas se tratara, colas para inscribirse, en fín un movimiento inusitado.
Supongo que eso también tendrá que ver con la publicidad que insta a iniciar colecciones de las cosas más insólitas.

Un nuevo año ha comenzado. Seguramente te has planteado resoluciones todas muy pesadas, grandes cambios, nuevos proyectos; las resoluciones de año nuevo son a menudo bien intencionadas, diferentes grados de cambio que para nosotros simples mortales suenan a utopías la mayoría de las veces, pero que formulamos con espíritu dde semidioses.
Normalmente en Marzo ya no nos acordamos de estas “resoluciones”. ¿Y por qué?
Es claro que quremos lo mejor para nosotros mismos pero¿ donde está la trampa?
¿Cómo romper el ciclo de las promesas incumplidas?
Pues simplemente: abandonando los “grandes propósitos” y asumiendo metas cortas medibles y visibles: ir a un gimnasio NO a perder peso, sino a iniciar con un personal trainer pequeños cambios en los hábitos. Fumar cinco cigarrillos en lugar de diez la primera semana y luego tres y plantearme fumar solo uno en tres meses. Apuntarlo, registrar los cambios positivos.
Ser REALISTA. ¿es momento de aprender un idioma?¿Estoy dispuesto a hacer tareas, ir a clases?, ¿tengo espacio en mi rutina?¿Quiero cambiarla para incluír las clases? Si no es así puedo empezar por cosas más simples, buscar un sistema de DVD caseros o si ya conozco algo de esa lengua ver películas subtituladas en VO por ej.
No se trata de abandonar esos maravillosos propositos sino de RE- FORMULARLOS para hacerlos realidad

“El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo”


Roberto Arlt
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Cuando un enemigo ataca ¡ES POR ALGO!, lo mas seguro es porque sabe que somos un peligro para el... y no tanto por lo que podamos hacerle (Al fin y al cabo no estamos perdiendo el tiempo en peleas) sino mas bien por lo que podamos llegar a lograr...


Si lo que queremos es AVANZAR y LOGRAR GRANDES COSAS, siempre habrá quienes no quieran verte avanzar y prosperar; ya sea por envidia, por resentimiento o por lo que sea (no debe importar el motivo por el cual te atacan) al fin y al cabo lo único que debes saber es que si te atacan es porque estas AVANZANDO, estas mejorando, vas en dirección a una meta...

A veces internamente nos preguntamos, ¿Seré capaz de lograrlo?, pues a veces nos cuesta ver el TODO, de lo que nos rodea. ALGO QUE PUEDE ANIMARTE A SEGUIR LUCHANDO POR ESE SUEÑO es: Que cuando los demas que nos ven (incluso los enemigos), nos miran con la fuerza con que vamos avanzando, los obstaculos que hemos superado, la visión que nos mueve, y se dan cuenta del Poder que Dios nos da:

ESTAN TOTALMENTE CONVENCIDOS QUE SOMOS CAPACES DE LLEGAR A LA META

Y hacen lo posible por detenernos, desviarnos o estorbarnos. No te detengas, si otros te atacan INJUSTAMENTE, te cierran las puertas y te estorban el camino... SIGUE ADELANTE y véncelos... pues hasta tus enemigos saben que ERES CAPAZ DE LOGRAR LO QUE TE HAS PROPUESTO.

Como dijo Don Quijote a su compañero Sancho:

"Deja que los Perros Ladren...Esa es Señal que estamos Avanzando."

Recuerda: Si tus planes estan en Dios, si lo que sueñas está deacuerdo a Su voluntad, entonces NADA ni NADIE te podrá detener.
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By Dennis and Barbara Rainey

Few couples like to admit it, but conflict is common to all marriages. We have had our share of conflict and some of our disagreements have not been pretty. We could probably write a book on what not to do!

Start with two selfish people with different backgrounds and personalities. Now add some bad habits and interesting idiosyncrasies, throw in a bunch of expectations, and then turn up the heat a little with the daily trials of life. Guess what? You are bound to have conflict. It's unavoidable.

Since every marriage has its tensions, it isn't a question of avoiding them but how you deal with them. Conflict can lead to a process that develops oneness or isolation. You and your partner must choose how you will act when conflict occurs.

Resolving conflict requires knowing, accepting, and adjusting to your differences

One reason we have conflict in marriage is that opposites attract. It's strange, but that's part of the reason why you married who you did. Your spouse added a variety, spice, and difference to your life that it didn't have before. But after being married for awhile (sometimes a short while), the attractions become repellents. You may argue over small irritations—such as how to properly squeeze a tube of toothpaste—or over major philosophical differences in handling finances or raising children. You may find that your backgrounds and your personalities are so different that you wonder how and why God placed you together in the first place.

It's important to understand these differences, and then to accept and adjust to them. Just as Adam accepted God's gift of Eve, you are called to accept His gift to you. God gave you a spouse who completes you in ways you haven't even learned yet.

Resolving conflict requires defeating selfishness

All of our differences are magnified in marriage because they feed what is undoubtedly the biggest source of our conflict—our selfish, sinful nature.

Maintaining harmony in marriage has been difficult since Adam and Eve. Two people beginning their marriage together and trying to go their own selfish, separate ways can never hope to experience the oneness of marriage as God intended. The prophet Isaiah portrayed the problem accurately more than 2,500 years ago when he described basic human selfishness like this: "All of us like sheep have gone astray, each of us has turned to his own way" (Isaiah 53:6). We are all self-centered; we all instinctively look out for number one, and this leads directly to conflict. As James 4:1-2 (NIV) says:

What causes fights and quarrels among you? Don't they come from your desires that battle within you? You want something but don't get it. You kill and covet, but you cannot have what you want. You quarrel and fight. You do not have, because you do not ask God.

This is the heart of what makes our conflict ugly. Our sin and selfishness focuses us on our own agenda like the sharpshooter who finds a target with the crosshairs of his rifle. Left to our devices, we will go for what we think is important every single time. And, as you might imagine, when two spouses are focused only on what they want, there is no real hope for peace … only the expectation that things will get worse.

The answer for ending selfishness is found in Jesus and His teachings. He showed us that instead of wanting to be first, we must be willing to be last. Instead of wanting to be served, we must serve. Instead of trying to save our lives, we must lose them. We must love our neighbors (our spouses) as much as we love ourselves. In short, if we want to defeat selfishness, we must give up, give in, and give all.

To experience oneness, you must give up your will for the will of another. But to do this, you must first give up your will to Christ, and then you will find it possible to give up your will for that of your mate.

Resolving conflict requires pursuing the other person

Romans 12:18 says, "If it is possible, so far as it depends on you, be at peace with all men." The longer I live the more I realize how difficult those words are for many couples. Living peaceably means pursuing peace. It means taking the initiative to resolve a difficult conflict rather than waiting for the other person to take the first step.

To pursue the resolution of a conflict means setting aside your own hurt, anger, and bitterness. It means not losing heart. My challenge to you is to "keep your relationships current." In other words, resolve that you will remain in solid fellowship daily with your spouse—as well as with your children, parents, coworkers, and friends. Don't allow Satan to gain a victory by isolating you from someone you care about.

Resolving conflict requires loving confrontation

Confronting your spouse with grace and tactfulness requires wisdom, patience, and humility. Here are a few other tips we've found useful:
Check your motivation. Will your words help or hurt? Will bringing this up cause healing, wholeness, and oneness, or further isolation?
Check your attitude. Loving confrontation says, "I care about you. I respect you and I want you to respect me. I want to know how you feel." Don't hop on your bulldozer and run your partner down. Don't pull up with your dump truck and start unloading all the garbage you've been saving. Approach your partner lovingly.
Check the circumstances. This includes timing, location, and setting. Don't confront your spouse, for example, when he or she is tired from a hard day's work, or in the middle of settling a squabble between the children.
Check to see what other pressures may be present. Be sensitive to where your spouse is coming from. What's the context of your spouse's life right now?
During the discussion, stick to one issue at a time. Don't bring up several. Don't save up a series of complaints and let your spouse have them all at once.
Focus on the problem, rather than the person. For example, you need a budget and your mate is something of a spendthrift. Work through the plans for finances and make the lack of a budget the enemy, not your mate.
Focus on the facts rather than judging motives. If your partner forgets to make an important call, deal with the consequences of what you both have to do next rather than say, "You're so careless; you just do things to irritate me."
Above all, focus on understanding your spouse rather than on who is winning or losing. When your spouse confronts you, listen carefully to what is said and what isn't said. It may be that he is upset about something that happened at work and you're getting nothing more than the brunt of that pressure. In other words, you are not the problem and all your spouse is trying to do is express some pent-up frustrations and feelings.
Resolving conflict requires forgiveness

No matter how hard two people try to love and please each other, they will fail. With failure comes hurt. And the only ultimate relief for hurt is the soothing salve of forgiveness.

The key to maintaining an open, intimate, and happy marriage is to ask for and grant forgiveness quickly. And the ability to do that is tied to each individual's relationship with God.

About the process of forgiveness, Jesus said, "For if you forgive others for their transgressions, your heavenly Father will also forgive you. But if you do not forgive others, then your Father will not forgive your transgressions" (Matthew 6:14–15). The instruction is clear: God insists that we are to be forgivers, and marriage—probably more than any other relationship—presents frequent opportunities to practice.

Forgiving means giving up resentment and the desire to punish. By an act of your will, you let the other person off the hook. And as a Christian you do not do this under duress, scratching and screaming in protest. Rather, you do it with a gentle spirit and love, as Paul urged: "Be kind to one another, tenderhearted, forgiving each other, just as God in Christ also has forgiven you" (Ephesians 4:32).

Our hope

As difficult as it is to work through conflict in marriage, we can claim God's promises as we do so. Not only does God bless our efforts based on His Word, but He also tells us He has an ultimate purpose for our trials. 1 Peter 1:6-7 tells us,

In this you greatly rejoice, even though now for a little while, if necessary, you have been distressed by various trials, so that the proof of your faith, being more precious than gold which is perishable, even though tested by fire, may be found to result in praise and glory and honor at the revelation of Jesus Christ.

God's purpose in our conflicts is to test our faith, to produce endurance, to refine us, and to bring glory to Himself. This is the hope He gives us—that we can actually approach our conflicts as an opportunity to strengthen our faith and to glorify God.


This material was adapted with permission from Staying Close, by Dennis Rainey, 1989, Thomas Nelson Publishers.
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Uno podría pensar que si el nacimiento de alguien debiera haber quedado registrado, sin duda sería el nacimiento de nuestro Salvador. Sin embargo, la verdad es que no es asi.
Los evangelios no registran la fecha exacta del nacimiento de nuestro Señor.
La razón probable, por qué los evangelios no lo registran es que el enfoque de los evangelios es el misterio de la redención-pasión, muerte y resurrección de Cristo. Probablemente, por eso es que el evangelio de San Marcos no incluye la historia del nacimiento, sino que comienza con el bautismo del Señor en el río Jordán. La fecha de la muerte y resurrección si está más registrado por el evento de la pascua judía.
La pregunta que muchos se harían hoy, sería: Entonces donde y cómo comenzó esta festividad.
Antes de la legalización del cristianismo por el Emperador Constantino en el año 313, ninguna fecha universal de celebración de navidad está registrada.
Los padres de la Iglesia Primitiva como Origenes en el 255, Ireneo en el 202 y tertuliano en el 220, no incluyeron la navidad en la lista de fiestas y celebraciones de la iglesia.
Los paganos Romanos acostumbraron reunirse en la colina donde actualmente esta el Vaticano para conmemorar el “Nacimiento del sol no conquistado”, esta fiesta la celebraban en todo el imperio del día 25 de Diciembre hasta el 6 de Enero.
Los cristianos de esa época, ante el auge de esa fiesta que tomaba fuerza, decidieron contrarrestar tal actividad celebrando ellos el nacimiento de Jesús y a partir del año 200 los cristianos comenzaron a celebrar como una forma de contrarrestar tal paganismo, el honrar a Jesús con el titulo de “Sol de Justicia”.
Muchos podrían objetar, que en ese caso es mejor no celebrar nada. Sin embargo, porque no rescatar la oportunidad de exaltar al Rey de reyes.
Lo triste hoy, es ver como la mayoría de la gente ha convertido la festividad que comenzó en los cristianos del año 200, en una fiesta otra vez llena de paganismo y humanismo. Pero, la Iglesia sigue llamada a exaltar en este tiempo y durante todo el tiempo, la persona del Señor Jesús, como el único redentor de la humanidad.
Jesús, quiere hoy reinar en tu corazón. Dale el primer lugar en tu vida y veras un cambio radical en tu existencia.
En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche.
Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor.
Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo;
porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
Lucas 2:8-12

enviado por Carlos Montano
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Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte: - Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.


Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...
 Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada. El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:


-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-


Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...


De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARA”.


Mientras leía “esto también pasará” sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.


El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo. El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: -Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.


-¿Qué quieres decir? –preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.


-Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero. El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje.